Al Oeste de Francia

Bretagne y Loire Atlantique

Los españoles de los Grupos de Trabajadores movilizados a la fuerzas por los alemanes en la «zona libre» trabajaban principalmente en Nantes, Saint Nazaire, Lorient y Brest

En Nantes, los grupos españoles de sabotaje comenzaron a actuar en diciembre de 1940. Después de una investigación sumaria, la Gestapo fusiló en Nantes, el 13 de febrero de 1941, a cinco refugiados españoles, y 60 fueron deportados a los campos de Alemania.

Pero el verdadero infierno era la base de Brest. He aquí el testimonio de un español que conoció la primera época de la construcción de la base:

«A las 5 de la mañana se presentó en el acantonamiento del 211.° Grupo de Trabajadores Españoles, estacionado en Elne (Pirineos Orientales), una caravana de camiones custodiada por los gendarmes y algunos alemanes vestidos de paisano, para trasladarnos a la fuerza a la zona ocupada. Cuando llegamos a Brest, fuimos internados en un campo rodeado de alambradas eléctricas. Los centinelas de las torres de guardia estaban armados con ametralladoras, y los obreros íbamos a trabajar a la base custodiados por los guardias alemanes y sus perros de presa. Los jefes y los «kapos» de la organización TODT pertenecían todos al partido nazi y se comportaban con la misma crueldad que los SS.

Trabajábamos en andamios montados a una altura vertiginosa sobre el mar o abríamos túneles bajo el agua con máquinas y cargas de dinamita, que la mayoría de los españoles no sabían manejar. La aviación inglesa bombardeaba con frecuencia este objetivo estratégico. Aturdidos por el ruido ensordecedor de las explosiones sentíamos al mismo tiempo alegría y temor entre el ir y venir de las ambulancias que transportaban los heridos y los muertos. Velilla, antiguo comisario y dirigente de la JSU, hombre de gran prestigio entre los jóvenes, fue uno de los numerosos muertos españoles.

No estuve mucho tiempo en aquella maldita base. Los camaradas preparen mi evasión para que fuese al Suroeste, donde ya había grupos españoles armados.».

José Miret envió a Laborde (Salazar) en enero de 1942 a Bretagne para dirigir la organización española. Domínguez (Juan Montero) y Joaquín Barrios (Ricardo Díaz) eran los responsables en la ciudad de Rennes. El trabajo más urgente era la ayuda desde el exterior a las evasiones de los camaradas internados en Hennebont y en la base de Brest.


Los grupos organizados en las obras comenzaron los sabotajes y Garrido pudo establecer el contacto desde Saint Malo con los camaradas deportados en las islas de Jersey Guernesey.

Hasta la gran redada del mes de junio de 1942, Laso dirigió la resistencia española en la base de Saint Nazaire con Martín y Turón. Una muchacha llamada Constancia servía de enlace con la dirección española de Nantes (Parra, Celso Díaz, Terriza y López) y con Rossi y Alfredo Gómez, responsables de los grupos de la M.O.I. Cerca de Saint Nazaire trabajaban tres Grupos de Trabajadores Españoles que tenían una organización muy sólida dirigida por Antonio Pérez, Escuer y Raso. Los camaradas deterioraban sistemáticamente las herramientas y el material, cortaban las líneas eléctricas y recuperaban los cartuchos de dinamita de los polvorines de las obras, distribuyéndolos en varios departamentos de la región para abastecer a los grupos armados.

En el mes de junio de 1942, comenzó la gran ofensiva de la Policía contra los resistentes españoles. Francisco Garzón fue detenido durante un transporte de explosivos procedentes del campo de aviación de Saint Jacques. La Policía redobló la vigilancia en las estaciones para descubrir el sistema de distribución de la propaganda clandestina. Eusebio Rojo fue detenido en la estación de Rennes y pocos días después cayó Vicente en las mismas circunstancias. Barrios fue detenido también, y más tarde deportado, e Iñigo Portillo fue torturado y asesinado por la Policía de esta capital.

También hubo 40 detenidos en Saint Nazaire y 20 en Nantes. Laso y casi todos los dirigentes cayeron en la redada y después de sufrir los «interrogatorios» fueron trasladados a la cárcel de La Santé de París, donde se reunieron con los españoles detenidos en otros departamentos. Ya conocemos el célebre proceso de los «terroristas» de la UNE, por el sucinto relato que figura en otro capítulo.

Laborde (Solazar) pudo llegar a Orleáns para buscar el contacto con París en aquellas difíciles circunstancias. La dirección decidió que él y Garrido continuaran dirigiendo los grupos españoles de Bretagne con una nueva identidad. 

Garrido volvió a Rennes y Laborde se instaló provisionalmente en Tours. Con grandes dificultades lograron reorganizar los grupos de Lorient y Brest.

El 30 de noviembre de 1942, Laborde y Garrido llegaron a París para entrevistarse con Perramón, secretario de organización del PCE. La citada cita tenía lugar en un café-bar, y apenas comenzada la conversación vieron salir de la cabina telefónica un individuo sospechoso. Pagaron y salieron lo más pronto posible de aquella ratonera, pero un coche se paró de seco delante de ellos cerrándoles el paso, mientras otros policías les rodeaban para impedir su huida.

"Luchando en tierras de Francia"
Miguel Ángel Sanz
Ediciones de la Torre
Madrid 1981